miércoles, 2 de febrero de 2011

Viernes Trece

Un viernes por la noche Salí con mis amigos a bailar y a tomar unos tragos a una discoteca, mi amigo el chato que adolecía de alopecia, se sentía mal, y estaba avergonzado de su enfermedad, entró en un estado de depresión y atonía total, porque las personas que estaban en la mesa de alado lo estaban jodiendo y riéndose a carcajadas de una manera cruel. Fue entonces q decidió retirarse de una forma alocada, tratamos de alcanzarlo pero fue imposible, él ya se había esfumado del local. Era la primera vez que  había pasado esto, a mí y a mis amigos nos pareció muy raro, en fin, esa noche paso muchas cosas.
Ya había pasado seis meses y aún no sabíamos nada del chato, hasta ya nos habíamos olvidado de él. En clases la profesora de sexología, nos confeso que sufría de cistitis, que era la inflamación de la vejiga urinaria, se da mayormente en mujeres por negarse ir al baño reteniendo la orina varias horas. La profesora se emocionó y se puso a llorar, aún no entendíamos porque mierda nos confesó de tal enfermedad, para que se pusiera a lloriquear como una niña a la cual le quitan su manzana.
Terminaron las clases y me fui a casa, al llegar a casa vi a mi abuelo que estaba postrado en cama y a mi abuela que estaba llorando, tratando de aliviar a mi abuelo, resulta que tenía una fiebre insoportable, y no había quien lo acuda, mis padres aún no habían llegado de sus trabajos y la empleada se había largado de la casa sin consultarnos. Entonces desesperadamente lo lleve a una clínica para que lo examinaran, fue así que el doctor diagnosticó  que tenía fiebre tifoidea; pero aparte de esa enfermedad el ya tenía ya hace mucho tiempo dispepsia, difteria, diabetes y cardialgia. Fue entonces que lo internaron una semana, fue para mí muy angustiante ver a mi abuelo postrado en una cama.
Ya pasada la semana le dieron de alta a mi querido abuelo, me sentí tan feliz que derrame lágrimas al darle un abrazo, fue entonces que yo junto a mis padres, llevamos de vuelta a casa a mi abuelo.
Las cosas malas que estaba pasando alrededor mío desaparecieron durante mucho tiempo, llegó el verano, y como es de suponer me fui a la playa con bastantes amigos y amigas un viernes por la madrugada. El viaje fue fatal, ya llegando a la playa, la camioneta se volteó por exceso de velocidad, mi amigo el Ñeco se había hecho una herida en la pierna  con un clavo oxidado y para variar mi amiga la China se había quebrado la rodilla. No lo podía creer, otra vez era víctima de las cosas malas que pasaban a mi alrededor. Felizmente pasaba una ambulancia semi  vacía que iba de la playa hacia la ciudad, fue entonces que se detuvo y acudió a mis dos amigos que estaban mal y se los llevó.
Pasado el accidente regresamos a la ciudad, y fuimos de inmediato a visitar a nuestros amigos, al llegar al hospital entramos a la sala de emergencias, ahí había bastantes heridos postrados en cama, buscamos de canto y encontramos a nuestros amigos, al Ñeco le detectaron la enfermedad de tétanos que era  a causa de la infección del clavo oxidado; y a la China, esguince, a causa de la torcedura de la rodilla. También veíamos pacientes con fibroma, escorbuto, ántrax, edema, fracturas, pancreatitis, diabetes y mas enfermedades; era un caos estar en emergencia donde los pacientes se debaten contra la vida y la muerte, en una cama veíamos a un anciano que se orinaba a cada momento, nos llamo bastante la atención, le consultamos a la enfermera que es lo que tenía tal paciente, y nos dijo que tenía enuresis, también veíamos a un enfermo que tenia la piel de coloración azulada, y era pues el mal de cianosis, había también una persona que gritaba constantemente que le dolía la cabeza, pues tenía cefalalgia, en fin eran muchos pacientes y muchas enfermedades mortales. Pero lo más sorprendente fue que dentro de este hospital estaba el chato, el que tenia alopecia, esta vez estaba más grave, le habían detectado embolia, a causa del exceso de grasa en el cuerpo y en la sangre; aparte de eso tenía síntomas de tos, dificultades para respirar, ansiedad, pérdida de peso, fatiga; y a mi parecer se trataba de un enfisema pulmonar, pero eso tenía que tratarlo su médico.
Ya pasado todo este accidente trágico, un mes después todo volvió a la normalidad.  Al año siguiente en el mes de enero, decidí hacer un segundo viaje a la playa, organice bien con mis patas, hombres y mujeres para salir este jueves que venía, por la noche, esta vez bien preparados y olvidando todo lo negativo que había pasado el año pasado, entonces llegamos a la playa a eso de las diez de la noche, de inmediato armamos nuestra carpa sacamos las ricas cervezas e hicimos nuestra fogata, las horas pasaban, empezamos a embriagarnos y hubo bastante sexo dentro y fuera de la carpa; la estábamos pasando de lo lindo, yo estaba teniendo sexo con la China, que tenía un cuerpo perfecto, el Ñeco  con Lola y los demás estaban en una orgia bastante excitante, que mas podíamos pedir, estábamos en el paraíso.
Ya era las doce de la noche, día viernes, la orgía y el sexo continuaba, pero de pronto sentimos que el mar desaparecía, pues era así, desapareció por completo, y al poco tiempo una ola gigantesca se asomo hacia nosotros y en unos cuantos segundos nos devoro y nos arrastro hacia el fondo del mar, es aquí que desaparecimos por completo…
Era viernes trece, y todas nuestras salidas y fechorías que hacíamos eran los viernes trece, nose si será pura casualidad o creencia; o simplemente son cosas del destino, en fin, todos moriremos de alguna u otra manera.
“La suerte y el fin del mundo no existe, la muerte si”.  
                                                                                                                                                    
Autor: “OVIK”

4 comentarios:

  1. Me pregunto que tal estaria la profesora de sexologia cuar cuar

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  2. me parece un cuento breve muy interesante que tiene mucho q hablar. me gusto bastante.

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  3. muy bueno y agradable me gusta tu estilo. sigue adelante.saludos

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